Frente al misterio con la razón y la fe

El Eco Católico publicó el pasado 15 de agosto una entrevista al Pbro. Dr. René Grimaldi sacerdote de la Prelatura del Opus Dei, asesor de enseñanza de la religión de varios colegios costarricenses, capellán de una residencia universitaria y participante en un programa de televisión en Nicaragua. Reproducimos parte de la entrevista.

Pbro. Dr. René Grimaldi

Usted es ingeniero civil de profesión, ¿Cómo llegó a los caminos del sacerdocio?

Yo creo firmemente que todos tenemos un fin, una vocación. El asunto está en descubrir esa misión que Dios quiere de nosotros. Así uno va descubriendo el por qué de nuestra existencia. En este proceso hay muchas variables, por ejemplo un amigo, una lectura, etc. En mi caso específico fueron unos amigos que eran estudiantes universitarios y tenían ese deseo de conocer a Dios, la Verdad; ellos me fueron llevando, conocí el Opus Dei en 1986 y eso me ayudó a comprender que las personas podemos y debemos ser santos en nuestra vida cotidiana, en ese tiempo como estudiante, luego como profesional y más adelante llegó la llamada al sacerdocio.

Este año está dedicado al tema vocacional. Tomando en cuenta que usted tiene otro hermano sacerdote, ¿Qué papel tiene, desde su experiencia, la familia en el nacimiento de vocaciones?

Pbro. Dr. René Grimaldi

Dios mismo nos lo enseña: El quiso nacer en una familia para darle valor al núcleo familiar, de ahí que efectivamente la familia cristiana sea un semillero de vocaciones, en donde los hijos vean en sus padres ejemplos, personas con errores pero que también saben rectificar, que van luchando por ser mejores y vivir el Evangelio, eso va dejando huella en la vida de los hijos. El Papa afirma que los padres deben ser los primeros formadores de sus hijos, el problema es que ahora hay un bombardeo de modelos en televisión, películas, canciones, y hay veces en que los padres se dejan llevar por esos ejemplos y falsean el modelo original a que están llamados; algunos lo hacen inconscientemente, pero dichosamente conozco a muchos que van generando en sus hijos las llamadas a integrarse a Dios en medio del mundo y a vivir la santidad en sus propios espacios de convivencia.

Sabiendo sobre su experiencia en televisión, ¿qué podría decirnos sobre la oportunidad que significan los medios para difundir el Evangelio?

Más que lo que yo diga, lo que el Papa ha manifestado últimamente es fundamental. El ha dicho que los medios son un riesgo y una riqueza, y en efecto, muchas veces los medios difunden ideas erróneas sobre le ser humano, la familia, la sexualidad, pero también pueden transmitir ideas muy correctas. Tal vez, más que fundar canales católicos, que los hay y desarrollan una excelente labor, un buen camino es trabajar en lo que ya existe, impregnar esos espacios de las verdades que orientan a la persona. En esto es importante que uno pueda acercarse, hacer amistad y despertar en quienes controlan esos medios la inquietud por las virtudes y presentarles una visión muy positiva de la vida cristiana.

Usted es estudioso del tema que relaciona Ciencia y Fe, ¿cuánto se ha avanzado en esta discusión y cuánto más falta para llegar a un punto de acuerdo social?

(...) Ahora estamos en una época donde se ha dado una especie de separación entre fe y razón. Primero la razón despreciaba la fe y la humillaba, la veía como un sentimiento, pero ésta se ha hundido porque ha visto lo que ha hecho sin Dios: las guerras mundiales y las actuales son un ejemplo. Lo que hay ahora es una época como de pesimismo porque no se puede alcanzar la verdad, pero las enseñanzas de la Encíclica Fides et Ratio (Fe y Razón) han venido a devolver la esperanza de que es posible encontrar la Verdad y que la filosofía ayuda a vivir la vida, que no sea sólo algo abstracto.

De frente la misterio por los dos caminos

Así es, con la fe y la razón. Sólo con la fe o sólo con la razón se llega a posiciones muy reduccionistas y a veces, hasta ridículas. El camino correcto es con ambas, porque se convierten como en las dos alas con las que el ser humano puede elevarse a la contemplación de la Verdad, un ave con una ala no puede volar, hay que hacer un balance y tener presente que la Verdad no puede contradecir la Verdad. Entre fe y razón, una ilumina la otra y viceversa, se complementan y abren caminos insospechados. Es importante releer el inicio de la encíclica (Fides et Ratio) donde el Papa afirma que “Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y en definitiva de conocerlo a El, para que conociéndolo y amándolo encuentre la plena verdad sobre sí mismo”.

San José, Costa RicaEco Católico // Martín Rodríguez